La impresión 3D, actualmente,  ofrece una variedad muy amplia de opciones, en cuanto a tecnología, materiales, acabados, etc.

Las impresoras 3D por adicción, trabajan con un material composite, en forma de polvo. La máquina deposita capas de polvo de grosor de 0,1mm.

Una vez depositada la capa mediante un rodillo, un cabezal aporta un liquido (binder) donde debe ir la pieza, aglutinando el polvo y dejando sin tocar el resto del polvo de la cuba.

Paralelamente a este binder, el cabezal va aportando también tintas de colores (similares a una impresora de papel) de forma que puede fabricar piezas multicolores.

Al final, eliminando la parte no endurecida,  se obtiene la pieza que se desea.  El acabado de la pieza tiene cierta rugosidad propia del polvo composite pero los resultados son válidos para multitud de aplicaciones..

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